Cuenta nuestros días:
En el Salmo 90:12, Moisés oró a Dios: "Enséñanos a contar nuestros días, para que adquiramos un corazón de sabiduría". ”
Este pasaje no es solo una oración, sino también una profunda reflexión sobre el sentido de la vida. Volvamos a lo básico y veamos cómo "contar tus días" desde las matemáticas básicas, es decir, la suma, la resta, la multiplicación y la división:
1. Adición: Cálculos del niño
Para los niños, la vida se calcula por suma. Durante la celebración anual del cumpleaños, miran hacia atrás a los logros y experiencias que han hecho en el último año y esperan con ansias el año que viene. Este es el primer nivel de vida y la forma más fácil de calcular. Los niños utilizan la suma para registrar su crecimiento, lo que les hace sentir la riqueza y la anticipación de la vida. Cada nueva era es un nuevo comienzo, que simboliza nuevas oportunidades y posibilidades.
2. Sustracción: Reflexión madura
A medida que envejecemos, comenzamos a darnos cuenta de que la vida es corta y limitada. En lugar de simplemente contar el número de años que tenemos, comenzamos a restar los días que han pasado, pensando en cuánto tiempo nos queda para hacer lo que se supone que debemos hacer. Es una reflexión más madura que nos hace conscientes de lo precioso que es el tiempo y nos motiva a tomar decisiones más significativas en nuestros días limitados. Cuando nos enfrentamos a las decisiones importantes de la vida, debemos preguntarnos: ¿Cuánto tiempo me queda para dedicarme a lo que realmente importa?
3. Multiplicación: Expandir la influencia
A medida que maduramos, aprendimos a trabajar en múltiples proyectos al mismo tiempo para expandir la influencia del reino de Dios. Podemos usar cada día para marcar la diferencia en un campo diferente e impactar a más personas. Este pensamiento multiplicativo nos permite crear un mayor valor en nuestras vidas y expandir nuestros esfuerzos a un alcance más amplio. A través de la colaboración y el trabajo en equipo, somos capaces de multiplicar nuestras capacidades y recursos para multiplicar nuestro impacto. En este proceso, no buscamos la realización personal, sino que trabajamos para la gloria de Dios.
4. División: Compartir la vida
Con el tiempo, aprendemos a asignar nuestras vidas a los demás. Esto se puede hacer escribiendo un libro, compartiendo ideas o dedicando el propio trabajo a otros. Esta división no es solo una asignación del propio tiempo y energía, sino también una inversión en la vida de los demás. Al compartir, podemos tener un mayor impacto en la vida de los demás. Cuando transmitimos nuestra sabiduría, experiencia y amor a los demás, estamos construyendo la vida de los demás.
conclusión
A través de estas cuatro operaciones matemáticas, podemos entender el mensaje del Salmo 90:12 más profundamente. Desde la suma infantil hasta la resta madura, pasando por la multiplicación y la división, cada etapa refleja nuestra comprensión y práctica en diferentes niveles de la vida. Al contar los días, sigamos buscando la sabiduría de Dios para que nos guíe hacia una vida más significativa. Apreciemos cada día, hagamos buen uso de nuestro tiempo y dediquemos nuestras vidas a los demás para vivir con sabiduría, amor y significado.
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a todas las naciones".
Marcos 16:15
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