A menudo reflexionamos sobre nuestras vidas y creencias.
Lucas 1:52 dice: "Él desplaza a las potestades, y exalta a los humildes".
Esta frase nos hace pensar en la justicia y la misericordia de Dios.
En este pasaje, vemos cómo la soberanía de Dios subvierte los valores mundanos. Los poderosos en el mundo a menudo son vistos como supremos, pero a los ojos de Dios, la verdadera grandeza no radica en el estatus o el poder, sino en la humildad y la preocupación por los demás.
Esto nos recuerda que, independientemente de nuestro estatus social, debemos enfrentar todos los desafíos de la vida con humildad.
Cuando miramos hacia atrás en nuestras propias vidas, ¿podemos ver también a aquellos que han sido descuidados y marginados? Dios nos llama a cuidar de aquellos que son débiles y necesitados porque son preciosos a sus ojos.
Debemos seguir el ejemplo de Jesús y fijar nuestra mirada en aquellos que necesitan apoyo y aliento.
En esta temporada de Navidad, oremos juntos y pidámosle a Dios que nos ayude a convertirnos en los que están dispuestos a levantar a los humildes. Respondamos al llamado de Dios a nosotros con amor y acción para ser una bendición en la vida de los demás.
Puntos clave:
La humildad y el interés por los demás agradan a Dios, y debemos esforzarnos por ser el apoyo y el estímulo de los demás, independientemente de nuestra condición social.
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a todas las naciones".
Marcos 16:15
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